miércoles, 24 de noviembre de 2010

¿SERÁ VERDAD QUE “NUESTRO SOCIALISMO HUMANIZA”?

Desde hace algún tiempo vengo observando un slogan promovida por el gobierno actual a través de distintos medios de comunicación que es necesario, a mi manera de ver las cosas, hacer algunas reflexiones, que nos permita confirmar o negar, a la luz de los hechos, tal aseveración. En consecuencia, comenzaré definiendo algunos términos para aclarar el tema: “nuestro socialismo humaniza”, para luego presentar algunos hechos que pudieran afirmar o negar lo que se pretende demostrar.
¿Cómo lo define el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE)? 1. Humanizar: Hacer humano, familiar y afable a alguien o algo. 2. Ablandarse, desenojarse, hacer benigno.
Humano: 1. Perteneciente o relativo al hombre (ser racional). 2. Propio o característico de él. 3. Comprensión, sensible a los infortunios ajenos. 4. Ser humano. 5. Conjunto de todos los hombres, que tiene que ver con los actos, ciencias, derechos, género, letras, linaje, naturales, reza, respeto.
Socialismo: Sistema de organización social y económico basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y en la regulación por el Estado de las actividades económicas y sociales, y la distribución de los bienes. || 2. Movimiento político que intenta establecer, con diversos matices, este sistema. || 3. Teoría filosófica y política del filósofo alemán Karl Marx, que desarrolla y radicaliza los principios del socialismo. Con estas definiciones se podría decir que un gobierno elegido por el Poder Constituyente (el pueblo) debe dedicarse a resolver los problemas para ser de los venezolanos y venezolanas verdaderos seres humanos; muy sensible a la problemática relacionados con la salud, seguridad, educación, servicios públicos, vivienda, vías de comunicación, entre otros y que tome en cuenta a todos, sin distingo de ningún tipo.
¿Los hechos humanizan? ¿Los hechos que han ocurrido representados por las políticas, programas, proyectos y acciones han convertido al venezolano o venezolana más humana, familiar y afable? Veamos algunas violaciones que se han hecho de la Constitución vigente: Los cambios en los principios fundamentales de la organización del Estado, que buscan transformar el Estado democrático descentralizado en un Estado socialista centralizado. Caso de la Alcaldía de Caracas, gobernaciones en manos de otros movimientos diferentes a los de PSUV. Los cambios en el sistema político, que buscan transformar la democracia representativa en una supuesta participación popular conducida por el Poder Central. Caso de la nueva Ley de los Consejos Comunales y Educación. Los cambios en la forma del Estado, que buscan eliminar definitivamente los vestigios de Federación centralizada mediante la centralización total del Estado. Caso del paralelismo de gobierno en Distrito Capital. Los cambios en la organización del Poder Nacional, que buscan acentuar el presidencialismo, evidenciados por la cantidad de funciones que se le han arrebatado a los estados y municipios, olvidándose el derecho de los municipios a ser la Unidad Primaria del Poder Público. Los cambios en la Constitución económica, que buscan transformar un Estado social y promotor de la economía mixta, en un Estado socialista de economía estatal centralizada y confiscatoria, representado por las fincas, terrenos y empresas que han sido confiscadas y sin resultados positivos que justifiquen la acción. Los cambios en los derechos laborales: una “reforma” constitucional inútil planteada y que fue rechazada por el pueblo (Poder Constituyente) que está por encima del Poder Constituido, pero que ahora es rebatada a través de la Ley Orgánica de Educación (LOE) en cuanto al derecho a la sindicalización, celebrar nuevas convenciones y el derecho a la protesta. Los cambios en el régimen de la Fuerza Armada, que buscan transformar el Estado civil en un Estado Militarista, donde el militar se ha convertido en un activista político y al servicio de una parcialidad política.
Las ciudades están cada día menos humanizadas. Las estadísticas y las informaciones a diario por los distintos medios de comunicaciones regionales y nacionales dan cuenta de robos, hurtos y atracos, secuestros, invasiones, desempleo, la inflación, la devaluación, las injusticias, los fraudes bancarios, PDVSA, gobernaciones; la escasez de productos básicos de la dieta de venezolanos (nas), el parque automotor sufriendo las consecuencias de la escasez de repuestos. Los servicios públicos en decadencia: el agua, electricidad, gas, teléfonos, aseo urbano, vías de tránsito terrestre. La educación en picada, es cierto que hoy día la población estudiantil es mayor, es una situación global, hay mayores instituciones educativas, pero en cuanto a la calidad, deja mucho que decir, hoy más que nunca se necesitan profesionales que conozcan el medio, se conozca a sí mismo, conozca los conocimientos y la manera más adecuada para llegar a ellos; implica todo un proceso de aprendizaje autónomo en el que él aprenda a aprender; siendo éste un requisito para la formación por competencias. Entendiéndose como un saber hacer en un contexto dinámico de un sujeto con capacidad de creatividad, adaptación y asimilación de lo nuevo, en situaciones concretas, lo que en última instancia se reduce a “sujeto que idóneamente resuelve algo preciso” (Marín, 2002), ya que son muchos los problemas que tiene el país y que cada día son más graves, lo que implica, parafraseando al Presidente Arias: “algo hicimos mal”. En cuanto a salud, los hospitales están prácticamente fuera de servicios con un sistema de salud paralelo, donde se dividieron los esfuerzos y no resolvieron nada. Tenemos la presencia de enfermedades que se creían erradicadas, aunque se cumplen los planes u operativos de vacunaciones pero parece ser y según opiniones de conocedores de la materia, que estas vacunas no cumplen con los objetivos. El venezolano cada día empeora su sistema de alimentación, convirtiéndose así en una población, en los próximos años, enferma. Ante este panorama, se podría decir que ¿nuestro socialismo humaniza? Ante esta situación muchas personas se han convertido en los “hijos de la esperanza” bajo las promesas de: bolívar fuerte, el socialismo del siglo XXI, el hombre nuevo y con la interpretación errónea de la parábola bíblica de que “ser rico es malo” tal vez para preparar a la sociedad venezolana a un ambiente de escasez y pobreza y no en el ambiente de abundancia que es propio de Dios; y bajo el objetivo de la “Suprema felicidad”, un objetivo inalcanzable en el ámbito terrenal y que sólo Dios lo puede lograr. En cuanto a los valores inculcados en los últimos años y que han sustituidos a los valores tradicionales, tal vez pensando en las premisas: “Si usted cree en lo que siempre ha creído, entonces siempre pensará lo que siempre ha pensado y siempre actuará como siempre ha actuado y siempre obtendrá lo que siempre ha obtenido” (Marilyn Ferguson, “La conspiración de Acuario”) y sin pensar que el éxito de organizaciones consolidadas radica en el poder que sus creencias ejercen sobre su gente y no a su forma de organización ni a las habilidades administrativas, y con ello establecer patrones de comportamientos pocos éticos para la armonía de cualquier país. En consecuencia, hemos observado casos como la doctrina cooperativa y la de los Consejos Comunales, sus valores, sus principios, sus prácticas y su historia, su identidad y su proyecto no han podido sostenerse de algún modo frente a un entorno hostil que promueve los antivalores del egoísmo posesivo, el éxito a cualquier costo, la exaltación de la desigualdad y la meritocracia, por la búsqueda de resultados políticos desenfrenada. Por tanto, los valores se manifiestan por las actitudes, las formas y maneras de ser, la conducta de hacer y el modo de actuar. De allí, la proliferación de las invasiones, una abierta manifestación del no respeto por lo ajeno, un vulgar robo o hurto de la cosa ajena. Tal vez no estamos cayendo en cuenta, que una formación en valores nos permiten de manera individual a: Aprender a hacer, Aprender a aprender, Aprender a emprender, Aprender a convivir y Aprender a cambiar; y de manera colectiva: formar liderazgo, valores compartidos, comunicación fluida, trabajo en equipo y una gran motivación para construcción o edificación. De esta forma estaríamos conformando una sociedad o individuos conformistas, mediocres, facilistas, sin visión de futuro y sin grandeza de ánimo. Pero es necesario buscar el equilibrio de valores ante el mandato de Jesús como es el Amor y cuando administramos o representamos a la Ley. Cuando profesamos Amor somos flexibles, pacientes, tolerantes, amantes de la libertad y sobre todo afable y cuando representamos a la Ley deberíamos ser precisos, determinante, disciplinados, responsables y honestos y estaríamos haciéndole frente a los antivalores individuales de ser negligentes, dejados, sumisos, libertinos e hipócritas y como administradores de la Ley o en colectivo: rígidos, violentos, autocráticos, obsesionados y con una actuación grosera. La actual Constitución es considerada el mejor proyecto de País que hemos tenido en la historia de Venezuela, pero lamentablemente, se ha quedado en letra muerta. Se profesa en nombre de la Constitución pero a la hora de actuar se hace otras cosas que no concuerda con las normas preestablecidas en las reglas de juego acordada por todos los ciudadanos y ciudadanas de esta nación. Entonces cuáles son los intereses que están en juego en estos momentos: ¿Será que nos estamos convirtiendo en más humanos? ¿En más racionales, más libres e independientes? ¿Cuál es la diferencia de estar alienado por un determinado país u otro? ¿Quién nos beneficia más, quién está dentro de la filosofía ganar-ganar? ¿A caso, estamos exento de la Globalización, producimos el 100% de lo que consumimos, podemos decir, que nos valemos por sí mismo? ¿De qué nos ha servido nacer en un país rico en recursos naturales? ¿No será que nos pasa como el granjero con la vaca? ¿No será que la culpa es de la vaca? Cada quien busque y se de las respuestas a cada una de estas interrogantes.

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